JORNADAS FORMACIÓN ATCC - DIÓCESIS DE GETAFE

“CORAZÓN MISERICORDIOSO DE JESÚS”

JORNADA DE FORMACIÓN DEL AULA DE TEOLOGÍA DESDE EL CORAZÓN DE CRISTO

El pasado sábado 25 de marzo tuvo lugar la Jornada de Formación del Aula de Teología del Corazón de Cristo de nuestra diócesis de Getafe, en la parroquia Sagrado Corazón de Alcorcón. Bajo el tema “Corazón misericordioso de Jesús”, transcurrió un día lleno de bendición, belleza y Misericordia para la más de media centena de participantes que se acercaron en distintos momentos de la Jornada.

La mañana comenzó con la Exposición del Santísimo en la capilla de la parroquia por parte del sacerdote José Ignacio Orbe, de la Hermandad de Hijos de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, actual director del Aula de Teología. Repartidos por turnos, los participantes acudieron a adorarle y reparar el Corazón del Señor presente en la Eucaristía. Como el p. José Ignacio comentó, era más importante lo que Él tuviera que decirnos en la adoración que lo que pudiéramos escuchar en las charlas.

A las 11 de la mañana comenzó su exposición Dña. Sonia Ortega, profesora de Sagrada Escritura en la Universidad Eclesiástica San Dámaso de Madrid. Nos acercó a “La parábola del hijo pródigo desde el Corazón de Cristo”. Partiendo de situarnos en el contexto del por qué Jesús hablaba en parábolas y la vocación del profeta Isaías, profundizó en esta parábola dándonos una nueva manera de contemplarla. Nos muestra una situación que pasó hace siglos: Adán y Eva son ese hijo que prescinde del Padre Dios para vivir por su cuenta. Al rechazar la vida de Dios perdemos todo porque el fin de nuestra vida es la comunión con Dios. Nuestra herencia como hijos de Dios es la vida eterna y, al apartarnos de Él, nuestros bienes, cuya fuente es Dios, son cada vez más pequeños. Y solo cuando ya no tenemos nada, nada nos sacia y la tristeza invade nuestro corazón, es cuando comenzamos a buscar a Dios, poniéndonos en camino hacia Él. Y ahí es cuando descubrimos que el Padre siempre espera; que Él nunca prescindió de su ser de Padre, aunque el hijo sí prescindiera de su situación de hijo.

El hijo mayor muestra una fe basada en el puro cumplimiento de la Ley (como la vivían los fariseos en el tiempo de Jesús) y que acusa al hijo menor desde la pura justicia humana; mientras que la justicia de Dios es la Misericordia ya que Él siempre espera que nos acerquemos y le volvamos a abrir el corazón para derramar su Amor. El Padre se conmueve en cuanto nos ve de lejos y está deseando venir a buscarnos. Y así lo hizo en el Hijo que nunca se marchó de casa: Jesús, aquel que no cumplió meramente la voluntad del Padre por cumplir, sino que la cumplió hasta el final entregando su vida para que sus hermanos puedan volver a casa.

Tras un breve descanso para un café, continuó la mañana con la exposición del tema “La reparación al Corazón herido de Jesús” de Dña. Elisabet Rubio, de la Fraternidad Seglar en el Corazón de Cristo. Nos ayudó a entender qué significa vivir una vida reparadora, en donde la clave es la vida de amistad y amor con el Señor. También en el contexto de la parábola del hijo pródigo, nos invitó a poner nuestra vida en dos sintonías: tener un corazón de hijo con el Padre, que nos duelan las ofensas que recibe el Corazón de nuestro Padre Dios; y tener un corazón de hermano con el prójimo, que nos duela la herida del Corazón del Padre por la marcha del hijo, por su lejanía.

Partiendo de textos del p. Luis María Mendizábal, nos enseñó tres modos de reparar el Corazón de Jesús: la reparación negativa (intentar no pecar para no ofender su Corazón), reparación afectiva (vivir mi vida poniendo amor a Dios en todo lo que hago) y reparación aflictiva (vivir en amor todos los sufrimientos que nos vienen en la vida). También nos dio algunos puntos clave para vivir una espiritualidad reparadora. Por ejemplo, pronunciando en nuestra vida el “hágase” en las circunstancias concretas que el Señor nos regala vivir, mortificar nuestras tristezas y ofrecer al Señor un corazón siempre alegre, o amar mucho a Jesús en la Eucaristía.

Tras un compartir fraterno durante la comida, la tarde comenzó con una mesa redonda con distintas Experiencias de Misericordia. El p. Isaac Parra, párroco de la parroquia Santos Justo y Pastor, en Parla, y miembro del Instituto Secular Siervos del Sufrimiento (fundado por el Padre don Piero Galeone a instancias del Padre Pío de Pietrelcina), nos habló del “Padre Pío y la confesión”. Nos ayudó a profundizar en la Misericordia como experiencia de la compasión de Dios para cada uno de nosotros, el abrazo del Corazón de Jesús en el sacramento de la confesión. Así la vivió el Padre Pío, considerado “mártir del confesionario, mártir de la Misericordia”, y cuyas confesiones se volvían conversiones. Se tomaba en serio la confesión porque sabía que el pecado destruye a los hombres, rompe la relación con Dios y con los hermanos.

A continuación, D. Julio César Ramos nos habló de su experiencia de conversión y su participación en la iniciativa 40 días por la Vida. Surgida en el año 2004 en los Estados Unidos, es una iniciativa católica de oración, ayuno y sensibilización en defensa del no nacido y que ya se encuentra en 64 países. Con dos campañas anuales, su estilo no es provocar ni “gritar oraciones”; su arma es el rosario y un corazón lleno de Misericordia y compasión para las madres que se acercan a las clínicas frente a las que rezan para practicar un aborto, muchas de ellas inmersas en el sufrimiento y la presión para terminar con la vida que llevan en sus entrañas. Nos compartió su experiencia: “Simplemente que estemos ahí ayuda a que las personas piensen. Y con unos minutos que puedan pensar, esas madres van a dar a luz si tienen la más mínima oportunidad”. Frente a la escasez de ayudas por parte del Estado, nos invitó a ser esa comunidad que apoya, ayuda y acoge a estas madres que finalmente apuestan con valentía por la vida de sus hijos.

Por último, un miembro de la Comunidad Cenáculo nos habló de su experiencia personal de 10 años en ella a raíz de su problema con las drogas. Fundada por la Madre Elvira Petrozzi en Italia y ahora extendida por el mundo entero, esta Comunidad acoge gratuitamente a jóvenes que le piden ayuda mientras están pasando un momento difícil. Sin medicinas ni trabajo con psicólogos, el objetivo de la acogida de las casas de la Comunidad en régimen de internado es ordenar la cabeza y el corazón, con una triple terapia: el trabajo físico, la oración y la amistad verdadera. Nos compartió que lo que hace la Comunidad Cenáculo es un milagro, un carisma particular del Espíritu Santo que hace mucho bien en el mundo de los drogadictos y donde la presencia de la Providencia hasta en lo más pequeño es un factor decisivo.

La Jornada terminó con una Eucaristía donde pudimos dar infinitas gracias a Dios por todo lo vivido y recibido durante el día, que fue muy abundante. Los vídeos grabados por las Hermanas del Hogar de la Madre serán próximamente subidos al canal de Youtube diocesano y os animamos efusivamente a verlos. También os invitamos desde estas líneas a acercaros a las Capillas de Adoración Perpetua de nuestra Diócesis y apuntaros a algún turno de adoración, para poder adorar, amar y reparar el Corazón de nuestro Señor expuesto en la Santísimo Sacramento.

Esperamos con corazón gozoso y expectante las próximas jornadas y actividades que desde el Aula de Teología desde el Corazón de Cristo nos quieran proponer, siempre tan interesantes, siempre tan enriquecedoras.