Oración de los primeros viernes de mes | San Manuel González
Viernes 4 de abril de 2025
"¡Pobres sociedades sin la luz y la sal del sacerdote!"
(San Manuel González)
Continuamos este primer viernes con la vida de san Manuel. En enero de 1916 fue ordenado obispo auxiliar de Málaga y enseguida se dedicó a visitar, una a una, todas las parroquias de la Diócesis, incluyendo Melilla. Es el 30 de mayo de 1919 cuando España se consagra al Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles, ceremonia a la que asistió.
En 1920 fue ordenado obispo de Málaga, celebrándolo con un banquete a los niños pobres en lugar de a las autoridades. Al igual que en Huelva, potenció las escuelas y catequesis parroquiales y las obras para los pobres, practicó la predicación callejera, sin escatimar esfuerzos para mejorar la situación humana y espiritual de su Diócesis. Entre estos esfuerzos, pidió a santa Ángela de la Cruz que instalase un convento de las Hermanas de la Cruz en Málaga para atender a los necesitados. Como no tenían medios, les ofreció la planta baja del Palacio Episcopal, donde se instalaron en 1924. Santa Ángela de la Cruz y san Manuel González se escribieron varias cartas y se visitaron en varias ocasiones.
Atento a todas las necesidades de su Diócesis, descubrió que la más urgente era la de sacerdotes… porque sin sacerdotes, no hay Eucaristía. “Cómo se me desgarra el alma de pena al mirar tantos templos vacíos […] por no tener sacerdote… ¡Pobres pueblos sin curas! ¡Pobres sociedades sin la luz y la sal del sacerdote!”.
¡Qué grande es la vocación del sacerdote, nacida del Corazón de Jesús! San Manuel nos habla de en qué se parecen una Hostia Consagrada y un sacerdote: “Una y otro son: 1. Portador de Cristo; aquella sustancialmente, este en su palabra, en su poder y en su ejemplo o imitación, tanto de Dios como de Hombre. 2. Ocultador de Jesucristo; la una tras sus especies, el otro tras su flaqueza física, moral y espiritual. ¡Qué designio tan misterioso y tan eficazmente misericordioso! Dios dándose a conocer ocultándose; primero en el seno de una Virgen, después en un pesebre y bajo pañales, más tarde triunfando sobre una pollina y luego sobre una Cruz, y, para darse a conocer perpetuamente, y precisamente en ese conocimiento consiste la vida que Él trajo, ocultándose perpetuamente en la Eucaristía y en el sacerdote. 3. Manifestador de Jesucristo: ¡Qué bien venía a la soberbia del hombre, enfermo de esa sola enfermedad, llegar al conocimiento y amor de Dios, por el silencio y la abnegación de la Eucaristía y por la flaqueza del sacerdote!”.
Señor, que hoy cada latido de mi corazón sea una oración rogando al dueño de la mies que envíe obreros a su mies (cfr. Lc 10, 2).
JESÚS, MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN, HAZ MI CORAZÓN SEMEJANTE AL TUYO.
Compositor e intérprete de la canción: Javier Salvado Romero.