Jornada de Consagración al Sagrado Corazón de Jesús

Sábado 1 de junio de 2024 - a partir de las10:00h.

Santuario del Cerro de los Ángeles

“Venid a Mí todos los que estáis cansados y agobiados,
y Yo os aliviaré” (Mt 11, 29)

Testimonio de Verónica

El pasado sábado, 1 de junio, primer día del mes dedicado al Sagrado Corazón de Jesús se celebró en el Cerro de los Ángeles un retiro de Consagración al Corazón de Jesús. 
 
Esta jornada, en la que participaron casi un centenar de personas, fue el cúlmen de todo un itinerario de preparación, que por cuarto curso consecutivo viene ofreciendo la vicaría del Cerro, para consagrarse al Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles. 
 
Los consagrados, han acudido con gran ilusión desde varias diócesis de España, para responder a esta invitación del Corazón de Jesús, en la que se han comprometido a «cuidar de Él y de sus cosas, sabiendo que Él cuida de ellos y de las suyas». 
 
Esta Consagración personal y/o familiar ha supuesto, por una parte «el culmen» de este camino de encuentros mensuales de formación, de asumir una serie de compromisos, la consagración al Corazón Inmaculado de María en el mes de marzo, y por otra, el comienzo de una amistad íntima con el Corazón de Jesús, en la que se esforzarán por «hacer siempre lo que más Le agrade, y por poner en él «su nido».
 
Comenzó a las 10:00h en la Basílica, con la charla «El Corazón de Jesús y la Eucaristía» a cargo de Don Jesús Díaz Ropero, párroco de Cerceda y Matalpino, maestro de Ejercicios espirituales  y consiliario de los Grupos de Oración del Corazón de Jesús. Con gran profundidad nos adentró en el misterio del Corazón eucarístico de Jesús, partiendo del milagro de Lanciano, Italia, donde el Cuerpo de Jesús en la Eucaristía, ha permanecido incorrupto, como tejido vivo de miocardio, a lo largo de 12 siglos. Nos instó a vivir la Eucaristía con mayor fervor, a adorar y consolar este Corazón tan despreciado, pasando largos ratos ante Él, como Francisco Marto y a llevarle almas, para calmar Su Sed de amor por todos nosotros. 
 
A continuación, Rosa Amelia González, voluntaria del Cerro, nos regaló un precioso itinerario, centrado en los dos Monumentos al Sagrado Corazón y la Basílica. En el Antiguo Monumento pudimos hacer, todos a la vez, un acto de desagravio a su Sagrado Corazón, siguiendo la fórmula adjunta. Pudimos ver de cerca el Nuevo y sus conjuntos escultóricos, que son en su grandeza un acto de reparación por la destrucción del primero. 
Después, Nuria Ramos Ojeda, consagrada de ACIM, nos ofreció la charla: «la Consagración al Corazón de Jesús», en la que siguiendo el Magisterio y la Tradición de la Iglesia, presentó las bases de esta devoción, la más excelsa de la vida de piedad y la más eficaz para crecer en santidad, según el testimonio de los Papas y los santos. Nos animó a decir que sí a esta «Alianza de amor» que el Corazón de Jesús nos propone y a responder a la entrega total de Jesús, con nuestra entrega, también total y para siempre. Tomando como modelo a santos como Santa Margarita María de Alacoque, el Padre Mateo Crawley, el Beato Bernardo de Hoyos o  Santa Maravillas de Jesús nos instó a abrir el corazón para escuchar la llamada de Su Corazón, acoger la misión que nos encomiende y responder con generosidad, para extender el Reinado del Corazón de Jesús e instaurar la Civilización del Amor, de que tanto hablaba San Juan Pablo II y tanta necesidad de ella tiene nuestra sociedad. 
 
Tras un tiempo de descanso y comida en los merenderos de la base del Cerro, se rezó el Rosario, con meditaciones del Papa, para el primer sábado, en la Basílica. 
 
A continuación, el Padre Domingo Linares, arcipreste de Leganés, expuso al Santísimo y pudimos meditar la fórmula de consagración y prepararnos para el acto central del día: la Santa Misa, en la que se realizó la Consagración a Su DIvino Corazón, con la fórmula que se acompaña. Fue el culmen de un gran día, de un regalo de Su Corazón para los necesitados de su misericordia, que terminó con el testimonio de Verónica Rosas Llanos, joven enfermera, que acaba de terminar su especialidad como matrona, y a la edad de 12 años pudo superar, gracias a la fe y a su amor por el Corazón de Jesús, un brote de su enfermedad, ante el asombro de los médicos y la conversión de sus enfermeros. Verónica nos invitó a enseñar a los niños, desde muy pequeños a dar sentido al sufrimiento y a ofrecer la cruz; como consagrados, a ser Corazón de Jesús en el mundo, tan herido y necesitado de cariño, y a entregarnos totalmente, única manera de ser felices en el cielo, y ya en este mundo.