Viernes 2 de diciembre de 2022
Oración de los primeros viernes de mes | Sta. Margarita Mª de Alacoque
«Mi Divino Corazón está tan apasionado de amor por los hombres…»
(Sta. Margarita Mª de Alacoque)
Hoy vamos a adentrarnos en la maravilla del comienzo de las grandes revelaciones del Corazón de Jesús a santa Margarita. La primera es el 27 de diciembre de 1673. Nuestra querida santa lo relata así: «Un día, estando delante del Santísimo Sacramento, me encontré totalmente penetrada por esta divina presencia; pero tan fuertemente, que me olvidé de mí misma y del lugar en que estaba, y me abandoné a este Espíritu entregando mi corazón a la fuerza de su amor. Me hizo reposar largo tiempo sobre su pecho divino, en el cual me descubrió todas las maravillas de su amor y los secretos inexplicables de su Corazón Sagrado, que hasta entonces me había tenido siempre ocultos. Aquí me los descubrió por primera vez. Me dijo: “Mi Divino Corazón está tan apasionado de amor por los hombres, y por ti en particular, que no pudiendo ya contener en sí mismo las llamas de su ardiente caridad, le es preciso comunicarlas por tu medio, y manifestarse a todos para enriquecerlos con los preciosos tesoros que te descubro, los cuales contienen las gracias santificantes y saludables necesarias para separarles del abismo de perdición. Te he elegido como un abismo de indignidad y de ignorancia, a fin de que sea todo obra mía”».
A comienzos de 1674 tiene lugar esta otra manifestación: “Se me presentó este Divino Corazón como en un trono de llamas, más brillante que un sol y transparente como un cristal. Estaba rodeado de una corona de espinas, simbolizando las heridas hechas por nuestros pecados, y con una cruz, que significaba que desde el primer instante de su Encarnación, es decir, desde el primer momento en que fue formado este Sagrado Corazón, la cruz estuvo plantada en él”.
Después, en torno a la fiesta del Corpus Christi, santa Margarita nos confía que se le presentó de nuevo Jesucristo, “todo radiante de gloria, con sus cinco llagas que brillaban como cinco soles, y por todas partes salían llamas de su sagrada humanidad, especialmente de su adorable pecho, el cual parecía un horno. Y abriéndoselo, me descubrió su amante y amable Corazón, que era la fuente viva de semejantes llamas. Entonces fue cuando me descubrió las maravillas inexplicables de su amor, y el exceso a que le había conducido el amor a los hombres, de los cuales no recibía sino ingratitudes y desprecios”.
Señor, no has podido contener en ti mismo las llamas de tu ardiente caridad y se las comunicaste a santa Margarita. Señor, yo también soy un abismo de indignidad y de ignorancia; por eso, hoy quiero pedirte que me hagas recipiente del Amor infinito que brota de tu Sagrado Corazón. Si Tú quieres, Señor, aquí estoy…
JESÚS, MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN, HAZ MI CORAZÓN SEMEJANTE AL TUYO.
Compositor e intérprete de la canción: Javier Salvado Romero.