Viernes 3 de febrero de 2023

Oración de los primeros viernes de mes | Sta. Margarita Mª de Alacoque

«He aquí al que te he enviado»

(el Corazón de Jesús a santa Margarita Mª de Alacoque)

Llegamos a la manifestación más decisiva del Corazón de Jesús a santa Margarita María, a la llamada “gran revelación” en junio de 1675:«Estando una vez en presencia del Santísimo Sacramento, un día de su octava, recibí de Dios gracias excesivas de su Amor… Entonces, descubriendo su Divino Corazón me dijo: “He aquí este Corazón, que ha amado tanto a los hombres, que no se ha reservado nada hasta agotarse y consumirse para demostrarles su amor, y en respuesta no recibo de la mayor parte sino ingratitud, ya por sus irreverencias y sus sacrilegios, ya por la frialdad y desprecio con que me tratan en este Sacramento de Amor. Pero lo que me es aún mucho más sensible es que son corazones que me están consagrados los que así me tratan. 

Por esto te pido que sea dedicado el primer viernes después de la octava del Santísimo Sacramento a una fiesta particular para honrar mi Corazón, comulgando ese día y reparando su honor… Te prometo también que mi Corazón se dilatará para derramar con abundancia las influencias de su divino amor sobre los que le rindan este honor y los que procuren que le sea tributado”. Y respondiendo yo que no sabía cómo poder cumplir cuanto de mí deseaba hacía tanto tiempo, me ordenó dirigirme a su siervo, pues le había enviado para el cumplimiento de este designio». 

Se trata del padre Claudio de la Colombière, de la Compañía de Jesús. Dos meses después de haber hecho la profesión solemne, en febrero de 1675, había sido nombrado superior del colegio de Paray-le-Monial. En realidad se trataba de un designio de Dios para ponerle en contacto con el alma de Margarita, que necesitaba de su ayuda.  

El padre Claudio fue un día a predicar a la comunidad de la Visitación. «Mientras él nos hablaba, escribió Margarita, oí en mi corazón estas palabras: “He aquí al que te he enviado”». Desde la primera vez que Margarita fue a confesarse con el padre, éste la trató como si estuviese al tanto de lo que le sucedía: “Me consoló mucho y me exhortó a no tener miedo a los caminos del Señor, con tal de que permaneciese obediente a mis superiores, reiterándome a entregarme totalmente a Dios, para que Él me tratase como quisiera. El padre me enseñó a apreciar los dones de Dios y a recibir Sus comunicaciones con fe y humildad”.  

Señor, cuánto bien nos hace poner con humildad nuestras almas bajo el cuidado de aquellos que Tú nos has enviado. Hoy queremos orar por todos ellos y te pedimos la luz de tu Espíritu Santo sobre su vida para que en verdad nos ayuden a tener un corazón a imagen de tu precioso Corazón y a ser dóciles a tu voz y tus designios sobre nuestras vidas. Danos pastores santos de nuestras almas, Señor. 

JESÚS, MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN, HAZ MI CORAZÓN SEMEJANTE AL TUYO. 

Compositor e intérprete de la canción: Javier Salvado Romero.