Día 4 de marzo de 2022
Oración de los primeros viernes de mes
«Otras veces se me ha mostrado cómo el Corazón de Jesús Sacramentado es la fuente, de donde se han de enriquecer los hombres y donde se enriquecen los santos» (Beato Bernardo F. de Hoyos)
Seguimos en el noviciado de los jesuitas en Villagarcía de Campos donde los superiores del joven Bernardo veían cómo aquel chico tan pequeño de cuerpo tenía virtudes de gigante. El 12 de julio de 1728, con menos de 17 años, pronunció la fórmula de los votos simples perpetuos y, al comulgar, le dijo Jesús: “Desde hoy me uno más estrechamente contigo, por el Amor que te tengo”.
Su unión filial con la Virgen también iba en aumento. El día de la Asunción, la Virgen se dejó ver acompañada de santa Teresa de Jesús y santa Magdalena de Pazzi, y herró su frente con el hierro de los esclavos. En cada festividad de la Virgen renovaba su consagración. Le gustaba sentirse esclavo de la Esclava del Señor y le decía: “Soy todo tuyo”.
En estas últimas semanas en el noviciado Bernardo afianza sus lazos con el Señor y con los amigos del cielo: los ángeles, su ángel de la guarda y los santos. En especial, además de santa Teresa y santa Magdalena, con san Ignacio, san Francisco Javier, san Luis Gonzaga, san Estanislao de Kotska y san Juan Berchmans. Otros santos le asistirán en los años venideros: san Francisco de Sales, santa Margarita María y san Juan Evangelista.
Acabado el noviciado, Bernardo se preparó con unos Ejercicios Espirituales. Su conclusión fue: “El Señor quiere que mi alma esté en total indiferencia, no deseando trabajos ni consuelos, sino lo que Él determinare”.
En el fondo todos deseamos ser santos. Tal vez no lo expresemos así, pero cuando conocemos la vida de estos hombres y mujeres de Dios que se dejaron amar por Él hasta el extremo, que se dejaron modelar por ese Amor… algo fluye en nuestro corazón, un íntimo y dulce deseo de imitación… ¿Y quién mejor que nuestra Madre María, para que interceda por nosotros y nos ayude a ser configurados por el Espíritu Santo a imagen del Corazón de su Hijo, Aquel que habitó y fue modelado en sus entrañas?
Madre, hoy acudo con confianza a tu Inmaculado Corazón. Sé mi guía hacia el Corazón de tu Hijo. Deseo beber del Corazón de Jesús Sacramento, que es fuente de vida y de santidad. Enséñame a dejarme configurar por Él.
JESÚS, MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN, HAZ MI CORAZÓN SEMEJANTE AL TUYO.
Compositor e intérprete de la canción: Javier Salvado Romero.