Viernes 1 de septiembre de 2023

Oración de los primeros viernes de mes | Santa Margarita Mª de Alacoque

«Amad al Señor, pero amadle con perfección»
(Santa Margarita Mª de Alacoque)

Llegamos a los últimos días y la muerte de santa Margarita. Al final de su vida escribe: “He tenido tres deseos ardientes: amar perfectamente a Jesucristo; sufrir por su amor, morir en el ardor de este amor”. Parece haberlos colmado pues ya no desea nada, según dejó escrito. 

Las contemporáneas nos relatan sus últimos días: “Se encontró mal la víspera del día en que se disponía a entrar en su retiro… Se acostó nueve días antes de su muerte y los empleó en prepararse a la venida del Esposo”. Según el médico, la enfermedad era benigna, “pero ella repetía con insistencia que moriría de ella”. 

Pidió la comunión, sabiendo bien que era la última que recibiría. “Todas las hermanas que la visitaban admiraban la alegría extraordinaria que le causaba el pensamiento de la muerte. Sin embargo, tuvo un momento de un temor extraño – última purificación -, después recobró una gran calma”. 

El 17 de octubre, una hora antes de su muerte, hizo llamar a su superiora y le rogó que le administraran la unción de los enfermos. Dio las gracias por todo y exhortó a sus hermanas: “Amad al Señor, pero amadle con perfección”. Es su último legado. “Y añadió que ya no tenía nada que hacer en este mundo, sino ir a abismarse en el Sagrado Corazón de Jesús. Luego, tras pronunciar el santo nombre de Jesús, entregó dulcemente su espíritu”.  

Han transcurrido los 43 años de su vida, una vida marcada por la alegría, la cruz, la identificación con Jesús, su único Amor; y el don de una misión: dar a conocer al mundo el Amor de Dios hecho carne en Jesús, Hombre-Dios. 

Margarita María fue beatificada por el Papa Pío IX el 18 de septiembre de 1864 y canonizada por Benedicto XV el 13 de mayo de 1920.  

Señor, gracias por la vida de tus santos. Gracias por tu obra en ellos y a través de ellos. Aceptamos el reto, Señor, de continuar su misión en nuestro mundo: ser apóstoles de tu Divino Corazón para dar a conocer al mundo tu Amor hecho carne. Transforma nuestro corazón y nuestra vida, Señor, y hazlas a tu imagen. Haznos otros Tú en medio de nuestra historia. Consúmenos y transfórmanos totalmente en Ti. Como Tú quieras hacerlo. A todo te decimos que sí, con audaz confianza en tu bondad y Misericordia. 

JESÚS, MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN, HAZ MI CORAZÓN SEMEJANTE AL TUYO. 

Compositor e intérprete de la canción: Javier Salvado Romero.