El acto de Consagración se celebró en la Ermita de Nuestra Señora de los Ángeles, y fue el culmen a un día precioso de retiro, en el que pudieron formarse, rezar, compartir testimonios, convivir, peregrinar y participar en la Santa Misa, que estuvo presidida por Don Manuel Vargas de Santayana, vicario del Cerro de los Ángeles.

Empezó a las 10:30 de la mañana, con la explicación de la Ermita, que es la casa de la patrona de nuestra diócesis, Nuestra Señora de los Ángeles y capilla del Seminario.
A continuación, una charla preciosa sobre lo que significa la Consagración al Corazón Inmaculado de María, en la que Ana María Avendaño Seco, ACIM, nos advirtió de los peligros del alma que lucha por la santidad y las armas para combatirlos. Nos presentó las luces que el Señor nos pone en el camino, como estrellas que iluminan nuestra vida, la primera de ellas, por supuesto, la Virgen María, y también los santos, nuestros hermanos mayores, que gozan de la luz eterna de Dios y nos ayudan con su vida,sus escritos y su intercesión, a vivir en la tierra para el cielo.

La mañana terminó con un magnífico testimonio de Raúl Ruiz y Lucía Mondéjar, un matrimonio de Valdemoro, que ha hecho recientemente la consagración perpetua a la Virgen Inmaculada en la Congregación Mariana de la Inmaculada vinculada al Colegio de Nuestra Señora en Valdemoro y tienen tres hijos también congregantes. Fue una delicia poder escucharles y compartir con ellos esta vida de entrega y confianza en la Virgen, en la que, tras 20 años de matrimonio, han experimentado cómo la Virgen les ha enseñado a confiar en Ella para amarse de manera sobrenatural y a vencer todas las dificultades.

Pudimos convivir y compartir nuestra comida y nuestro tiempo en el espacio de mesas y juegos para los niños que hay en la base del Cerro, con una sobremesa abundante, y a continuación rezamos el Rosario en peregrinación hacia la Ermita, con cantos acompañados por la guitarra de Sara, una de las jóvenes que hizo la consagración.

Ya en la Ermita, Nuria Ramos, ACIM explicó la fórmula de la Consagración y Don Manuel dirigió una preciosa Hora Santa, en la que presentamos al Señor nuestras vidas y nos pusimos con María, al pie de la cruz, para estar presentes en el nacimiento de la Iglesia, y acoger a María como Madre, obedientes a las palabras de Jesús: Ahí tienes a tu Madre.

La celebración terminó con la celebración de la Santa Misa, a las 18:30h, en la que Don Manuel, muy esperanzado al ver la entrega generosa de este grupito, nos invitó a dar nuestro SÍ al Señor, como María, para que su fiat nos lleve a poder decir un día, como Ella en el Magníficat: «El poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su Nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación». Los consagrados leyeron juntos la fórmula de consagración y recibieron un icono de la Virgen, en recuerdo de este día, y como ayuda para seguir dando cada día su «Sí sostenido» a María.

Terminaron todos muy contentos y agradecidos a Nuestra Madre por este gran don recibido. Seguro que en el cielo celebraron una gran fiesta por esta entrega.