Día 2 de julio de 2021

Oración de los primeros viernes de mes

“Como renuncias a tu propia voluntad de abandonarla por completo a la Mía, derramo en ti toda la dulzura y toda la alegría de Mi Divino Corazón” (el Corazón de Jesús a Sta. Gertrudis) 

Seguimos nuestro recorrido por los apóstoles del Corazón de Jesús. Y hoy vamos a orar con Santa Gertrudis de Helfta, también conocida como Gertrudis la Grande, religiosa benedictina alemana de finales del siglo XIII. 

Santa Gertrudis fue muy adelantada a su tiempo en algunos puntos, como la comunión frecuente, la devoción a san José y la devoción al Sagrado Corazón. Con frecuencia hablaba del Sagrado Corazón con santa Matilde, y acentuaban el don gratuito del amor de Cristo a cada creyente y la manera de corresponder a ese amor. Porque el último gesto de amor de Jesús es haber querido que el golpe de la lanza abriera la entrada de nuestro amor hasta Él. 

Repetidas veces el Señor presentó a santa Gertrudis su divino Corazón, en señal de la íntima unión y comunicación que quería tener con ella; y llegó al extremo de canjear su Corazón con el de la santa. 

En la fiesta de san Juan Evangelista, santa Gertrudis tuvo una visión: el Señor le permitió descansar su cabeza en la llaga de su Costado. Al escuchar el palpitar de su Corazón, ella se volvió hacia san Juan, también presente. Le preguntó si había escuchado lo mismo en la Última Cena, cuando se reclinó sobre el pecho del Señor y, de haberlo escuchado, por qué no lo relató en su evangelio. San Juan contestó: “La elocuencia de la dulzura de estos latidos se dilató a modernos tiempos, para que, oyendo los hombres estas maravillas, se renueve en el mundo envejecido y tibio el amor de Dios”

Señor, somos nosotros los que vivimos en estos “tiempos modernos”. De la mano de santa Gertrudis, hoy escuchamos de nuevo tu invitación a amar tu Sagrado Corazón, a reclinar todo nuestro ser sobre tu pecho, a ser apóstoles de los latidos de tu Corazón en este mundo envejecido y tibio. Heme aquí, Señor, envíame a mí (cfr. Is 6, 8) 

JESÚS, MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN, HAZ MI CORAZÓN SEMEJANTE AL TUYO. 

Compositor e intérprete de la canción: Javier Salvado Romero.