Día 5 de febrero 2021

Oración de los primeros viernes de mes.

“Por la mañana, que tu primer acto sea saludar a mi Corazón y ofrecerme el tuyo. Quien suspira hacia mí, me atrae hacia sí” (el Corazón de Jesús a Santa Matilde de Hackeborn). 

La devoción al Corazón de Jesús se extendió sobre todo a raíz de las apariciones a Sta. Margarita Mª de Alacoque en el siglo XVII. Pero muchos santos, siglos antes, tuvieron ya la dicha de amar al Señor en su profunda humanidad en su Sagrado Corazón.  

Por la comunión de los santos vamos a viajar al siglo XIII y conocer a Sta. Matilde de Hackeborn. Su vida y experiencias místicas fueron recogidas por sus hermanas del monasterio de Helfta, en Alemania. En una de sus visiones, abriéndole la llaga de su dulcísimo Corazón, es Jesús mismo quien le recomienda el Evangelio y le dice: «Considera qué inmenso es mi amor: si quieres conocerlo bien, en ningún lugar lo encontrarás expresado más claramente que en el Evangelio. Nadie ha oído jamás expresar sentimientos más fuertes y más tiernos que estos: “Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros”». 

En otro momento el Señor la entregó su Corazón divino semejante a una copa de oro maravillosamente decorada y le dijo: «Me alabarás siempre con mi Corazón divino. Vete y ofrece a todos los santos la bebida vivificante de mi Corazón para que queden dichosamente embriagados por ella». 

Señor, por la intercesión de Sta. Matilde te ruego me embriagues con las dulzuras de tu Amante Corazón. Que me des cada día más y más hambre de ti y de conocerte en tu Evangelio. Que me des la Gracia de cumplir tus deseos de ofrecerte con fidelidad mi corazón cada mañana, como nos lo pides a través de Sta. Matilde: «Cuando te despiertes por la mañana, deja que tu primer acto sea saludar Mi Corazón, y ofrecerme el tuyo… Quien respire un suspiro hacia Mí desde lo más profundo de su corazón cuando despierta en la mañana y Me pida que obre en todas sus labores dentro de él a través del día, me atraerá a él… Ya que nunca, nadie que respire un suspiro añorando su unión conmigo dejará de acercarme a ellos, más de lo que ya estaban cerca de Mí anteriormente» (Jesús a Santa Matilde) 

JESÚS, MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN, HAZ MI CORAZÓN SEMEJANTE AL TUYO.